¿Cuándo es el mejor momento para invertir? Conceptos y componentes de una inversión eficiente y productiva

Jorge Olcese Fernández
Economista, asesor financiero, especialista en riesgos de crédito
Docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental
Precisiones sobre el proceso para la decisión de invertir
Las decisiones de inversión dentro de una empresa son siempre parte de un proceso que involucra también las decisiones de financiamiento. En esencia, no es posible separar ambos lados del proceso puesto que en los dos están incorporados los recursos de capital o el dinero que se requiere y que necesariamente representan un costo (que puede ser el costo de oportunidad de la inversión en sí misma cuando se realiza con recursos propios o el costo del dinero o del crédito cuando se realiza con recursos de terceros o de financiamiento). En términos financieros, esta es la primera cuestión a tomar en cuenta en una decisión de inversión.
No obstante, una concreta decisión de inversión en una actividad económica (es decir, no en la bolsa) se toma cuando se pretende iniciar esa actividad o cuando es necesario ampliarla, y aquí empiezan a aparecer muchas más variables en juego que la simple fórmula de relación de inversión versus financiamiento. Por eso es que hacemos alusión a un proceso (y no a un momento) de decisiones y de análisis para realizar una inversión.
Y la primera variable o el primer componente de este proceso es, sin duda, el conocimiento del mercado, el dimensionamiento de su tamaño o de la cantidad de clientes y de productos o tipos de servicios que se espera entregar. Esto, además de aclarar el momento adecuado para la decisión de inversión, nos permitirá también estimar el monto de la inversión.
Análisis financiero de la inversión
Una vez definido el tamaño o el monto de la inversión requerida, el proceso de la decisión de inversión nos conduce al análisis financiero de la misma, o sea a estimar los resultados económicos y a calcular cómo financiar la inversión. En otras palabras, este es el momento cuando se decide si es conveniente usar recursos propios o de terceros, si invertimos nuestros recursos total o parcialmente o si decidimos tomar créditos o emitir deuda.
Por ejemplo, en un escenario de mercado potencial negativo y de alta probabilidad de ocurrencia, el costo de oportunidad de usar nuestros recursos puede ser más elevado que el rendimiento esperado en dicho escenario, dado el monto de la inversión. Por lo tanto, dando respuesta a la pregunta que introduce este artículo, en este escenario no es el momento de realizar la inversión. Y esta decisión es válida tanto cuando se analiza efectuar una inversión nueva como cuando se discute una ampliación productiva.
Aquí se introduce también el elemento del riesgo que no es uno económico o del mercado (inclusive de la tecnología) sino que es el típico riesgo financiero, en el sentido que si el estudio económico presenta debilidades de resultados es más eficiente no usar todos los recursos propios sino compartirlos con los recursos de terceros; es decir, compartir el riesgo de la inversión para hacer frente a las debilidades productivas.
En esta parte del estudio, además del análisis comparativo de los costos de los recursos, también se requiere balancear la estructura del financiamiento de la inversión. La proporción de recursos propios o de terceros dentro de la estructura dependerá esencialmente de la capacidad de repago del endeudamiento.
En este contexto, la forma más técnica para conocer cuál es la capacidad de endeudamiento es estimando un flujo de caja durante la vida del proyecto o de la inversión. En esta herramienta es donde mejor se introduce el análisis del impacto de la volatilidad de los ingresos y de las necesidades y la capacidad de financiamiento y, en esencia, determina el mejor momento para decidir realizar una inversión.
Un elemento importante en este proceso de decisiones financieras es el referido al posible incremento en el valor de las inversiones cuando se asume una proporción de deuda. En la jerga financiera a este elemento se le conoce con el nombre del “apalancamiento eficiente”, que para muchos analistas financieros es considerado “el aliado natural en la búsqueda de generar mayor valor en las empresas”. Una explicación simple de la aparición de este fenómeno al tomar deudas (o apalancarse) es que incrementa el valor de la empresa por los ahorros fiscales que el pago de intereses trae consigo.
Adicionalmente, cuando se decide incorporar deuda en una estructura de una inversión se consigue un segundo efecto positivo. Ese efecto es derivado del posible menor costo ponderado del capital invertido. Nuevamente, en la jerga financiera a este costo ponderado se le denomina el WACC (por sus siglas en inglés) o costo promedio ponderado del capital. Este costo es resultado de compartir el monto de la inversión entre los recursos propios (que siempre son más caros por el efecto del costo de oportunidad ya comentado) y los financiamientos, que se supone tienen costo menor al otro componente.
Por supuesto que esta decisión traerá un menor costo financiero de los recursos, permitiendo incrementar los beneficios esperados, pero el mayor nivel de apalancamiento está estrechamente ligado al tamaño del mercado financiero y a que la cantidad de deuda o de créditos en una inversión tiene un límite.
Aquí nuevamente está presente el análisis del riesgo financiero, tal como lo describimos líneas arriba. Y es que, a mayor cantidad de deuda dentro de la estructura, el riesgo de incumplimiento de la misma o las dificultades que se presentan para pagarla, incluyendo los intereses, se incrementan, lo que incide en un aumento de la tasa de interés que se le asigna.
Entonces, al estar demasiado endeudada una estructura de inversión se incrementa el WACC, o este tiende a elevarse progresivamente en el tiempo, y se afecta la capacidad de generar un flujo de caja positivo, deteriorando las posibilidades de obtener los beneficios esperados, con su consiguiente impacto negativo en la solvencia de la inversión y por ende en el valor de la empresa que produce.
Dicho todo lo anterior, el momento para decidir una inversión, considerando todos los componentes y elementos que esto involucra, como el monto de la inversión y la estructura de su financiamiento, es determinado casi exclusivamente por un conjunto de estudios y de análisis que son parte de un proceso un tanto complejo y riguroso, pero que garantizan el haber realizado el mejor y el más técnico esfuerzo para que ella proporcione los mayores beneficios.
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